Autora: Adriana Velásquez
El director de investigación del Instituto de Desarrollo Humano de América Latina (IDHAL-PUCP), Jhonatan Clausen, y el investigador Nicolás Barrantes, con el apoyo de Pulso PUCP, publicaron el artículo “Developing a Comprehensive Multidimensional Wellbeing Index Based on What People Value: An Application to a Middle-Income Country”. Los investigadores, ambos docentes del Departamento de Economía de la PUCP, desarrollaron un índice de bienestar multidimensional no monetario relevante para un país de ingreso medio como el Perú.
En 2018, el IDHAL diseñó una encuesta especializada con datos sobre 12 dimensiones de bienestar y la aplicaron en Perú. Sus resultados mostraron que solo el 45,9% de la población de la muestra vive por encima del umbral de bienestar. Para conocer más del artículo, conversamos con los investigadores.
P: ¿Cuál fue el objetivo principal de la investigación?
Jhonatan Clausen: El objetivo de la investigación era explorar cómo construir un indicador de bienestar multidimensional comprehensivo, es decir, que abarque varios aspectos del bienestar humano y que sea relevante desde el punto de vista de política pública. Asimismo, que esté basado y anclado en información sobre lo que a las personas les parece importante en sus vidas. A partir de esto desarrollamos esta investigación, en base al método de Sabina Alkire y James Foster, pero con datos que recogimos en el Perú específicamente para esta investigación.
P: ¿Cuál es el enfoque en el que se desarrolla este índice de bienestar multidimensional?
Nicolás Barrantes: El índice que nosotros desarrollamos permite explorar la situación de bienestar más allá de los ingresos que es algo relevante desde el punto de vista del enfoque de las capacidades. Entendemos que los ingresos son medios relevantes donde se suele identificar usualmente el bienestar en la literatura, pero nosotros queríamos ir más allá. Por ello, exploramos 12 dimensiones no monetarias de bienestar y pudimos caracterizar, con la estimación cuantitativa de este índice, la situación de bienestar de la población peruana de manera multidimensional.
P: ¿Cuáles han sido sus principales hallazgos?
Jhonatan Clausen: Utilizando la información de nuestro índice, identificamos a aquellas personas que satisfacen unos criterios de suficiencia en por lo menos 7 de las 12 dimensiones. Bajo ese criterio lo que encontramos es que menos de la mitad de los peruanos mayores de edad alcanzan un nivel suficiente de bienestar multidimensional. Además, hay patrones que se pueden observar cuando uno desagrega esta información como que, por ejemplo, las mujeres están en una situación de menor bienestar multidimensional comparadas con los varones y las personas que viven en el medio rural tienen una situación de bienestar considerablemente menor que las personas que viven en el medio urbano.
P: ¿Cuáles han sido las principales contribuciones a la literatura sobre bienestar?
Nicolás Barrantes: Principalmente, son tres contribuciones a la literatura. En primer lugar, incorporamos un conjunto amplio de dimensiones del bienestar no monetarias que elegimos a partir de documentos de consenso, como lo es la visión de Perú al 2050 del Acuerdo Nacional. Adicionalmente, asignamos los pesos de las dimensiones del bienestar a partir de lo que los encuestados respondían sobre sus valoraciones de estas mismas. Finalmente, definimos un umbral que nos permitiera identificar quiénes estaban en situación de bienestar y quiénes no, a partir de una pregunta sobre autopercepción de qué tan libres eran las personas para decidir sobre sus vidas.
P: De las 12 dimensiones exploradas ¿Cuáles contribuyeron a la ausencia de bienestar?
Nicolás Barrantes: A nivel nacional encontramos que las dimensiones en las que hay menos bienestar o las que contribuyen más al malestar son la dimensión de ciudadanía y gobernanza, que tiene que ver justamente con la ausencia de confianza en determinadas instituciones en el país y a la sensación de ausencia de ciertas garantías y derechos civiles, esa dimensión contribuye en casi 15% a la ausencia de bienestar. Le sigue la dimensión de empleo y seguridad social. La falta de empleo en adecuadas condiciones, así como la ausencia de acceso a pensiones, contribuyen en 14% a la ausencia de bienestar. La tercera dimensión que más contribuye a la ausencia de bienestar es la de medioambiente. La percepción de contaminación y el padecimiento de ciertos shocks ambientales que perjudican la situación de los hogares contribuye en un 11% a la ausencia de bienestar.
Estas contribuciones al malestar o a la falta de bienestar son las que nos permitirían orientar una serie de políticas públicas hacia la promoción del bienestar justamente en esas dimensiones en las que las personas padecen ciertas carencias o insuficiencias.
P: ¿Cómo favorece el tener el enfoque de las capacidades en un contexto post pandemia?
Jhonatan Clausen: Viendo esto más allá de las mediciones y diagnósticos, los índices, las propiedades y los porcentajes que obviamente son importantes en un contexto de investigación de esta naturaleza, es en qué marco más grande se puede colocar este tipo de esfuerzos académicos. Es algo que mencionamos hacía la parte final del artículo, sobre en qué medida la tecnología con la que contamos hoy para construir este tipo de medidas más complejas puede ayudar a generar un cambio de enfoque de esfuerzos de recuperación post pandemia que no se centren únicamente en la promoción del crecimiento económico (con todo lo importante que es) sino que además, tomen en cuenta otra perspectiva complementaria. Tener esta perspectiva de que el fin de política pública no sea únicamente “dotar a las personas de ingresos” a pasar a un enfoque que se preocupe directamente de lo que las personas logran hacer en las distintas esferas o dimensiones de sus vidas, que es también lo que nosotros planteamos. Hay una dimensión obviamente de política pública pero también hay una dimensión para discusión ética y política que consideramos que también es importante en todo este tipo de investigaciones. Cuando hablamos de un mínimo de bienestar, estamos hablando de esa capacidad para desempeñarse en estas áreas de sus vidas con un mínimo de suficiencia de una manera mínimamente adecuada.
P: ¿Cómo se llevó a cabo la colaboración institucional entre IDHAL y Pulso PUCP?
Jhonatan Clausen: Este estudio da cuenta de una de las formas en las que la colaboración dentro de los distintos organismos que la PUCP alberga son alianzas estratégicas que nos permiten contar con resultados de investigación de alta calidad.
La forma en la que colaboramos para esta investigación concreta fue realizando una encuesta especializada en bienestar multidimensional. El conjunto de preguntas fue diseñado por el IDHAL y fue aplicado por Pulso PUCP en una cantidad de territorios. Ello dio lugar a una información que ha sido útil para varias cosas, entre ellas una serie de documentos sobre bienestar multidimensional en el Perú que contó con la participación de investigadores y comentaristas de diferentes disciplinas, de diferentes instituciones más allá de la PUCP y de otros países de la región.
Adicionalmente, esta colaboración ha permitido vincular a Pulso e IDHAL no solo con la labor de investigación, sino también de docencia. Hay un conjunto de tesis de pre grado que han sido sustentadas utilizando esta información. Entonces, creo que es una manera en la que nos podemos articular de forma bien interesante tanto desde la incidencia como desde la investigación de alta calidad y también de la docencia en los diferentes cursos que tenemos a cargo nuestro.