Nuestra historia ha sido una constante de inestabilidad política, sobre todo en las primeras décadas de la República. Desde 1826, hemos tenido 36 presidentes de gobiernos productos de golpes de Estado y 30 presidentes de gobiernos electos en procesos electorales o transiciones institucionales. Los últimos 41 años han sido el periodo más largo de continuidad de gobiernos electos en nuestra historia.
¿Cuánto nos queda por hacer? ¿Qué otros pendientes nos quedan para extender a todos la condición de ciudadanía y garantizar la continuidad de los procesos de participación electoral?
Perú fue el sexto país de Sudamérica en iniciar la vacunación contra la COVID-19. Al 17 de mayo, el 5.6% de la población peruana ya había recibido la primera dosis de la vacuna. El ritmo promedio de vacunación en el país es de 133 mil personas por semana. Esto ubica al Perú en el quinto puesto de los nueve países de la región considerados para este análisis.
Todos estamos de acuerdo en que hay que vacunar cada vez más. Para ello necesitamos tener vacunas disponibles. Al 20 de mayo, Perú recibió 4 635 340 vacunas. Si las usara todas para aplicar la primera dosis, faltarían vacunas para administrarlas al 86% de la población restante. Eso significa que, actualmente, Perú es el tercer país con mayor brecha de vacunación de la región.
En 2009, apenas seis de cada diez peruanos estaban afiliados a algún seguro de salud a nivel nacional. Al 2019, ocho de cada diez peruanos lo estaban. Además, hacia el 2009, ninguna región lograba tener al 90% de su población afiliada. Mientras que, hasta el 2019, solo las regiones de Apurímac y Huancavelica consiguieron que la afiliación supere el 90% de su población.
Entre 2009 y 2019, la proporción de afiliados solo al SIS (Seguro Integral de Salud) a nivel nacional aumentó en cerca de 15 puntos porcentuales. Al 2019, todas las regiones tenían por lo menos al 50% de su población afiliada a algún seguro de salud.
El empleo informal es aquel en el que se da alguna de las tres situaciones siguientes:
Entre 2009 y 2019, la tasa de empleo informal disminuyó 4.5 puntos porcentuales: pasó de 77.2% a 72.7%. El mayor descenso se produjo en las regiones La Libertad y Lambayeque, con 9 y 10 puntos porcentuales, respectivamente.
Sin embargo, durante la década analizada, ninguna región alcanzó una tasa de empleo informal menor al 50%. Hacia 2009, en 6 regiones la tasa superaba el 90%. Al 2019, solo la región Huancavelica superaba este alto nivel de informalidad. Y, a nivel nacional, siete de cada diez peruanos de la población económicamente activa (PEA)ocupada tiene un empleo informal.
Los avances hacia el empleo formal no han sido significativos. Sin embargo, la tasa de subempleo a nivel nacional cayó en 20 puntos porcentuales entre 2009 y 2019.
Cuando hablamos de subempleo, debemos tener en cuenta que puede ser clasificado de la siguiente manera:
Mientras que, hacia 2009, 19 regiones tenían una tasa de subempleo superior al 50%; al 2019, siete de estas regiones redujeron su tasa de subempleo a un nivel menor del 50%.
En 2019, ocho de cada diez personas de la PEA ocupada de Ica estaban adecuadamente empleadas. Fue la región con el menor índice de subempleo.
Entre 2009 y 2019, la tasa de analfabetismo a nivel nacional se redujo en dos puntos porcentuales: pasó de 7.6% a 5.6%. Es decir, al 2019, 1 de cada 20 peruanos era analfabeto.
En 2009, ocho regiones tenían una tasa de analfabetismo entre 10% y 25%. Diez años después, esta cifra se redujo a cinco regiones. Además, en el 2019, diez regiones presentaban una tasa de analfabetismo menor que 5%.
En 2011, la totalidad de regiones tenía al menos el 50% de sus locales escolares sin aulas en buen estado. En ese año, la tasa a nivel nacional era del 81.7%. Siete años después, esta proporción se redujo al 73.8% en el país. Sin embargo, solo en las regiones de Ica y Tacna menos del 50% de locales escolares presentaban dicho problema.
Hacia 2007, el casi la mitad de los hogares (46.7%) no tenía acceso a las TIC. El avance ha sido importante en la medida que esta proporción se redujo: en 2017, poco más de la décima parte de hogares (13.9%) mostraban esta falta de acceso.
Mientras que, en 2007, 16 regiones tenían más del 50% de sus hogares sin la posibilidad de acceder a las TIC; diez años después, todas las regiones del Perú redujeron este indicador a menos del 50%.
El siguiente indicador constituye uno en los que se observa peor desempeño. En diez años, la proporción disminuyó en apenas en cinco puntos porcentuales: pasó de 75.2% a 69.6%. En 2019, solo una de las regiones (Ica) había logrado disminuir este indicador por debajo del 50%.
Entre 2014 y 2019, la tasa de desnutrición en niñas y niños menores de 5 años apenas se redujo en dos puntos porcentuales: de 14.6% a 12.2%. En 2019, Cajamarca y Huancavelica tenían una tasa de desnutrición crónica en niñas y niños menores de 5 años que oscilaba entre el 25% y el 50%, las más altas del país.
Entre 2007 y 2017, hubo un avance de 12 puntos porcentuales hacia la reducción de la proporción de hogares con viviendas sin acceso a servicios higiénicos. A nivel nacional, este indicador pasó de 17.2% a 5.8% en este lapso de diez años. En 2017, menos del 10% de hogares de 18 regiones no contaban con servicios higiénicos.
El déficit habitacional constituye una problemática especialmente importante en este contexto, porque el hacinamiento en los hogares supone un factor de riesgo para el contagio por COVID-19. En 2017, menos del 10% de los hogares de 17 regiones vivían en situación de hacinamiento.